En una sala adornada con flores y luces, el ambiente evoca a una boda tradicional.
Sin embargo, aquí no hay pareja esperando en el altar.
En estas ceremonias, la protagonista es una única persona: la mujer que decide unirse a sí misma en matrimonio.
Así se presenta la sologamia, una tendencia que está cobrando fuerza tanto en España como en otras naciones, donde cada vez más mujeres celebran su compromiso personal y su amor propio.
La sologamia trasciende lo que podría considerarse un acto excéntrico o una simple moda.
Nació como una forma de abrir un debate sobre el amor romántico y la necesidad de desmantelar mitos que han afectado a generaciones enteras.
«Somos naranjas completas y no necesitamos ni príncipes azules ni medias naranjas para ser personas», sintetiza May Serrano, pionera de este ritual en nuestro país y fundadora del colectivo Mujeres Imperfectas.
Cómo son las bodas de sologamia
Las ceremonias de sologamia suelen seguir el formato de una boda convencional: incluyen votos, alianzas, celebraciones e incluso lunas de miel. La gran diferencia radica en el destinatario del compromiso: uno mismo. Aunque el ritual no tiene validez legal, está repleto de simbolismo y reivindicación.
- El compromiso implica prometerse amor, cuidado y respeto a sí misma.
- Las participantes tienden a reflexionar sobre sus necesidades personales antes del evento.
- Después de la ceremonia, muchas celebran aniversarios, se obsequian flores o disfrutan de lunas de miel solitarias.
May Serrano ha oficiado ceremonias colectivas en ciudades como Málaga, donde más de treinta mujeres participaron en bodas de sologamia, cada una aportando su propio estilo y significado al evento. Teresa Estay, otra organizadora del movimiento, subraya el impacto transformador de este ritual: «Al año, habían cambiado, se habían empoderado», asegura.
¿Por qué casarse contigo misma?
La sologamia surge como respuesta a una necesidad de autovaloración y empoderamiento. Para muchas mujeres, constituye una forma de enfrentar la soltería sin complejos y reivindicar su autonomía emocional. Como bien dicen las participantes, es una oportunidad para «conocerse realmente y aprender a disfrutar de su propia compañía».
- Ayuda a romper con la presión social que impone encontrar pareja y formar una familia.
- Permite redefinir la felicidad y el bienestar personal fuera de los moldes tradicionales.
- Fomenta el desarrollo de límites saludables y mejora la comunicación con los demás.
Aquellas que practican la sologamia rechazan la idea de que estar soltera implica estar incompleta o sola. Por el contrario, esta ceremonia contribuye a fortalecer un sentido de autoestima y les permite estar emocionalmente más disponibles para aceptar y comprender a los demás.
Novedades y tendencias culturales
La sologamia no es un fenómeno exclusivo español. Se ha viralizado en redes sociales y ha llegado hasta países como Japón y Argentina, donde empresas especializadas ofrecen paquetes para bodas en solitario que incluyen todo lo necesario: fotógrafo, vestido, banquete e incluso luna de miel.
La cultura popular también ha abrazado esta tendencia. La directora Icíar Bollaín llevó el concepto al cine con La boda de Rosa (2020), inspirándose en las vivencias de May Serrano y sus compañeras en Bilbao.
- Este ritual ha sido adoptado por mujeres de diversas edades y perfiles.
- Aunque no existen estadísticas oficiales sobre cuántas personas practican la sologamia, los testimonios proliferan en medios tradicionales y digitales.
- Si bien la mayoría son mujeres, también hay hombres que celebran este tipo de ceremonias.
Curiosidades y datos locos
Cuando se les pregunta si es posible «divorciarse de uno mismo», las pioneras del movimiento sonríen: «No conozco a nadie que haya querido divorciarse de sí misma nunca», responde May. La lógica es sencilla: «Cada vez te caes mejor y te cuidas mejor».
- Algunas mujeres se envían flores cada aniversario o se autoregalan viajes para celebrar renovaciones de votos.
- Darliz, una participante entusiasta, se regaló una luna de miel en Puerto Rico: «No por tristeza, sino para reencontrarme conmigo misma».
- Las bodas pueden ser colectivas o individuales; pueden llevarse a cabo en salones, playas o incluso en casa, adaptando cada ceremonia a preferencias personales.
Aunque carece de validez legal y no pretende reemplazar al matrimonio tradicional, la sologamia representa un acto rebelde y reivindicativo. El mensaje es claro: el amor propio no es un sustituto; es la base fundamental para cualquier relación futura.
El impacto social y cultural
La sologamia se inscribe dentro de una transformación profunda en las formas de relacionarse e interpretar el amor. La baja tolerancia a la frustración, el auge del hedonismo y la cultura del ‘aquí y ahora’ han dado lugar a nuevas formas de vivir lo afectivo. La liberación sexual, el valor otorgado a la autonomía personal junto con los desafíos económicos explican también este fenómeno creciente como lo es la sologamia.
En este marco social tan cambiante, casarse consigo misma responde a esa presión por establecerse junto a alguien más así como a las incómodas preguntas sobre estar soltera. Quienes optan por esta decisión se prometen lo que muchas veces buscan fuera: atención genuina, respeto mutuo y felicidad plena. Y sobre todo ello destaca su derecho inalienable a decidir cómo celebrar su amor.
Las bodas de sologamia han dejado atrás cualquier atisbo anecdótico; ahora forman parte integral del mosaico cultural contemporáneo e indudablemente seguirán generando conversación e inspirando a quienes buscan nuevas maneras no solo de quererse sino también de vivir plenamente.
