PRESENTA EN MADRID SU NOVELA MÁS AMBICIOSA

Dan Brown provoca un intenso debate sobre la conciencia con ‘El último secreto’

El autor estadounidense revivió el interés por los misterios en la intersección entre ciencia y religión a través de una trama ambientada en Praga, llena de enigmas sobre la mente humana.

Dan Brown
Dan Brown. PD

La llegada de Dan Brown a Madrid ha generado gran expectación.

El creador de El código Da Vinci ha presentado El último secreto, su obra más ambiciosa y metafísica hasta la fecha, en un momento marcado por la incertidumbre mundial.

Rodeado de periodistas y con cazas sobrevolando la ciudad en plena preparación del Día de la Hispanidad, Brown se mostró enérgico y cercano, hablando un poco de español y recordando su conexión con la cultura española desde sus años como estudiante en Sevilla.

Su mensaje fue claro: «La humanidad se va a sobreponer a este momento extraño».

El éxito del lanzamiento no se ha hecho esperar.

Desde su publicación el 10 de septiembre de 2025, el libro ha escalado rápidamente en las listas de ventas internacionales y ya está disponible en 56 idiomas.

Las expectativas aumentaron tras un gran anuncio en Good Morning America y una proyección destacada en Times Square. Además, Netflix ha confirmado que adaptará la novela en una serie compuesta por ocho capítulos.

En esta nueva aventura, Robert Langdon se enfrenta a una intriga que combina asesinatos, manuscritos perdidos y el eterno dilema entre ciencia y religión, todo ello ambientado en la fascinante Praga. Langdon viaja a esta ciudad para asistir a una conferencia de la neurocientífica Katherine Solomon, su pareja dentro de la ficción, quien está a punto de revelar hallazgos revolucionarios sobre la conciencia humana.

La novela profundiza en lo que se conoce como ciencia noética, que postula que el cerebro no genera la conciencia, sino que actúa como receptor de una conciencia colectiva que existe fuera del cuerpo. Brown argumenta que «la ciencia materialista sostiene que la consciencia es consecuencia de procesos químicos, pero la ciencia noética afirma que simplemente la recibimos». Esta propuesta desafía siglos de pensamiento científico y religioso, convirtiéndose en el motor narrativo donde la desaparición de Katherine y su manuscrito amenazan las creencias arraigadas.

El escenario es una Praga repleta de castillos, iglesias, cementerios y pasadizos subterráneos. Allí, Langdon se enfrenta tanto a organizaciones secretas como a figuras mitológicas como el gólem, reinventado aquí con un carácter epiléptico y vengativo.

Brown comparte que la muerte de su madre supuso un cambio radical en su percepción sobre la conciencia y el concepto de muerte. Antes veía el fallecimiento como un simple apagón; sin embargo, tras años investigando, ahora sostiene que «cuando morimos, nuestra conciencia sobrevive. Ahora queda por descubrir cómo». Este giro vital ha impregnado su novela con un tono más introspectivo y reflexivo sin sacrificar esos giros inesperados que son sello distintivo del autor.

El choque entre los avances científicos más punteros y las tradiciones es evidente durante las discusiones entre Katherine Solomon y Brigitta Gessner, esta última defensora de una visión puramente física sobre la conciencia. Aunque Brown no oculta su escepticismo ni su falta de creencias religiosas, sí muestra fascinación por los límites del conocimiento humano y el misterio del ser.

Más allá del thriller: el impacto de Dan Brown

No sorprende que cada nuevo lanzamiento de Brown reactive el interés por el turismo literario junto al arte e historia; así ocurrió tras El código Da Vinci. Museos y catedrales ubicados en París, Roma e incluso ahora Praga han visto cómo aumentan sus visitas por parte lectores ansiosos por desentrañar los secretos ocultos tras los símbolos.

El último secreto no solo retoma los ingredientes clásicos del autor; también formula nuevas preguntas acerca del destino humano y el papel esencial de nuestra mente cuando parece habitual vivir bajo incertidumbre. Como bien dice Brown: «La humanidad se va a sobreponer a este momento extraño».

Con esta obra que fusiona ciencia, misticismo y acción trepidante, queda demostrado nuevamente que los grandes enigmas nunca pierden vigencia. Quizás porque la literatura sigue siendo refugio ideal para quienes buscan respuestas significativas ante interrogantes esenciales.

El lado oculto de «El último secreto»

  • Praga fue elegida intencionadamente por su rica historia relacionada con el ocultismo, sociedades secretas y su atmósfera gótica, perfecta para los suspensos intelectuales característicos de Brown.
  • El célebre Códice Gigas, conocido popularmente como la Biblia del Diablo, aparece en la novela como uno de los libros misteriosos clave para desarrollar la trama.
  • La figura del gólem toma inspiración en leyendas judías praguenses pero se reinventa con un enfoque contemporáneo y científico.
  • Brown confiesa que analizar un cuadro al que Langdon dedica unos segundos le lleva a él días; lo considera su “alter ego aspiracional”.
  • La obra incluye referencias a experimentos científicos reales así como teorías sobre telepatía y precognición que Brown asegura haber documentado meticulosamente.
  • Robert Langdon, uno de los protagonistas más carismáticos del thriller moderno, regresa tras ocho años alejado del papel principal.
  • La trama entrelaza amor, suspense, ciencia y religión con maestría dentro del evocador escenario praguense.
  • El enfoque innovador sobre la conciencia humana ha suscitado debates tanto en medios como en foros científicos.
  • La inminente adaptación para Netflix promete llevar este misterio a una audiencia aún más amplia.
  • Con esta novela, Brown ha logrado convertirla en uno de los libros más vendidos del otoño tanto en Estados Unidos como en Europa, reafirmando su título como “maestro del enigma”.

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