Tormenta política en Europa

Austria amenaza con no organizar ‘Eurovisión 2026’ si expulsan a Israel

El gobierno austriaco, respaldado por su canciller y la ORF, pone al borde del colapso al festival más visto del continente: la UER se enfrenta a sanciones millonarias y una crisis sin precedentes

Austria amenaza con no organizar 'Eurovisión 2026' si expulsan a Israel
Edurne en Eurovision PD.

El sueño europeo de la música podría convertirse en un auténtico campo de batalla diplomático. Austria ha lanzado una contundente amenaza: renunciará a organizar Eurovisión 2026 si Israel es finalmente excluido del certamen. La advertencia proviene del poderoso Partido Popular Austriaco (ÖVP) y del propio canciller federal, quienes califican de “boicot inaceptable” cualquier intento de dejar fuera al país hebreo.

La tensión crece por momentos. La emisora nacional ORF, encargada de la organización tras la victoria en Basilea, ha dejado entrever que podría retirarse de la edición, lo que supondría un golpe devastador para la Unión Europea de Radiodifusión (UER). De confirmarse esta maniobra, el festival de la canción más famoso del mundo se tambalearía en su estructura, con penalizaciones que podrían superar los 40 millones de euros.

Mientras tanto, España y varios gobiernos de izquierdas de Europa apuestan por excluir a Israel, alegando motivos políticos y humanitarios, una decisión que ha incendiado el debate en Bruselas y generado un terremoto entre las televisiones nacionales. La UER, entre presiones y amenazas cruzadas, prevé celebrar una votación secreta a mediados de noviembre, una cita que podría cambiar para siempre el rumbo del certamen más mediático del continente.

Las tensiones no se limitan a Viena. Alemania, por su parte, se ha posicionado radicalmente a favor de Israel. Su canciller, Friedrich Merz, ha invocado la “responsabilidad histórica” del país germano, asegurando que no dudará en retirar su participación si el Estado hebreo es expulsado del concurso.

El futuro organizativo tampoco pinta tranquilo. Si Austria decide finalmente no albergar Eurovisión, deberá pagar una multa estimada entre 26 y 40 millones de euros, según confirmó Roland Weissmann, director de la ORF. Pese a los esfuerzos del alcalde de Viena, Michael Ludwig, por mantener la calma diplomática, el pulso entre él y el canciller Karl Stocker amenaza con abrir una grieta institucional sin precedentes.

No obstante, Viena sigue preparándose para lo que podría ser el Eurovisión más polémico de la historia. Las entradas saldrán a la venta en diciembre, el sorteo tendrá lugar en enero y la gran final está programada —coincidencia o destino— para el 14 de febrero de 2026, Día de San Valentín. Si las amenazas se cumplen, ese día no solo se celebrará el amor… sino también uno de los mayores escándalos que haya vivido el escenario europeo.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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