Estreno de “Superviviente” en los Teatros del Canal de Madrid los días 18 y 19 de octubre

Jesús Carmona: «De niño solo quería bailar flamenco»

En su cierre de trilogía, el bailaor catalán se desnuda ante la psique humana y convierte la disociación en un acto poético de resistencia interior

“Superviviente” no es solo una coreografía: es un espejo roto en el que Jesús Carmona, el bailaor de flamenco nº 1 del mundocon quien conversamos en el plató de Periodista Digital-  observa todas sus versiones.

El artista barcelonés, que en 2020 inició su viaje introspectivo con El salto y continuó con Baile de bestias, culmina ahora una trilogía imprescindible para entender la evolución del flamenco contemporáneo —una en la que el cuerpo se convierte en campo de batalla entre la identidad, el miedo y la creación.

Los días 18 y 19 de octubre, los Teatros del Canal de Madrid se abren a este último capítulo, una pieza de cuatro actos dirigida por María Cabeza de Vaca en la que Carmona se atreve a explorar el territorio movido de la disociación de personalidad. No lo hace desde el drama psiquiátrico, sino desde la poesía del gesto: su taconeo se vuelve discurso, su torso una pregunta, y su mirada un abismo que interpela al público.

Jesús Carmona en el plató de Periodista Digital. Foto: Paul Monzón

El artista, implacable en su disciplina, ha contado con psiquiatras, filósofos y neurocientíficos para desplegar una dramaturgia que indaga en cómo se construye y deforma el “yo” en el contexto social. Así, cada escena —la del artista frente a los medios, ante el público, el niño que fue, o el amigo que aún busca sostén— revela un fragmento de ese yo multiplicado. Carmona no interpreta personajes, los crea y los padece.

Si en El salto cuestionó los modelos de masculinidad y en Baile de bestias enfrentó sus demonios internos, aquí los abraza para reconciliarse con ellos.

El resultado es un desgarro elegante, un espectáculo donde el virtuosismo técnico convive con la vulnerabilidad emocional. Su baile se abre como un relato de supervivencia en el que no hay un solo héroe, sino todos los que habitan dentro de él.

Premiado con el Nacional de Danza, el Benois y el Max, Carmona confirma con Superviviente que el flamenco del siglo XXI no teme romper sus límites. Lo suyo ya no es solo zapateo: es una reflexión escénica sobre el alma y su incesante necesidad de seguir bailando, incluso cuando no sabe quién es el que danza.

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