Llega a España este reciente éxito de allá, señal de la buena salud del teatro porteño. Liga la historia de un ídolo popular con la de la última dictadura militar argentina de 1976 a 1983. Su tragedia simboliza la de un país que creció admirándolo y que después lo convertirá en chivo expiatorio, de un corto régimen que nació apoyado por la inmensa mayoría y ha sido después humillado al no va más.
Al bueno de Sansón, un fortachón campeón de lucha libre, que fue muy popular pero ahora está enfermo y retirado, el coronel que dirige el canal televisivo portavoz de los militares le propone un papel estelar en un programa inusitado de 24 horas para elevar la moral del país nada más tener lugar el desembarco en las islas Malvinas. Pero esta vez tiene que hacer de malo, de odiado británico al que vencerá un jovenzuelo patriota gaucho en un combate amañado. Argumento original para una trama excelente concentrada en una duración ajustada, la que tendría que tener por norma el teatro en estos tiempos. Gonzalo Demaría (Buenos Aires, 1970) confirma así una nutrida carrera artística con interesantes títulos de teatro musical comercial y ópera ilustrada. Solo podría discutírsele parte de la leña que se afana en hacer del árbol caído de aquel fallido y lamentable ‘Proceso de Reorganización Nacional’ de Videla y sus concomilitones, el sexto golpe militar en medio siglo, recibido sin resistencia y deseado por muchos, que pacificó el país a un coste brutal y que se embarcó suicidamente en la reconquista de las Malvinas.

Esa ‘leña’, léase ridiculización del ideario patriótico y tradicionalista de los militares, es fomentada en el montaje ideado por Emiliano Dionisi, que se ceba en el personaje del coronel Garmendía, y se apoya en una escenografía bipolar de Cecilia Zuvialde, con una primera parte sosa y desabrida en un lugar muy vulgar, pero que en la segunda parte con el combate de los luchadores alcanza enorme fuerza, todo un impacto visual gracias a la asesoría en lucha de Javi Guerrero y el estallido de luz, sonido y vestuario a cargo de Lucía Feijoó, Manuel De Olaso y Jorge López. Aunque sea aquí donde Luciano Castro como Sansón y Gonzalo Gravano como Jorgito llegan a su plenitud, su trabajo actoral a lo largo de toda la pieza es estupendo, especialmente en el desarrollo de una dotes físicas que no se adquieren fácilmente. Manuel Vicente hace un coronel que ya hemos dicho que nos parece de guiñol, un militroncho fatuo y abusador para escarnio de toda la institución. Excelente sin duda Vanesa Maja en esa Lea tan creíble. Y original el recurso a la ópera Tosca de Puccini con dos cantantes notables, Constanza Díaz Falú y Fernando Ursino. El reparo por el lado actoral estaría sobre todo en el marcado acento local que impide entender en el foro madrileño algunos acelerados parrafones, especialmente los de Gravano, empastados sin vocalizar.
“Las historias que cuentan el auge y la caída de un personaje fascinan porque son parábola de toda vida humana, no solo de las heroicas”, cree Demaría. “Todos alcanzamos alguna especie de cénit, por mínimo que sea, para desaparecer en el ocaso. Cuanto más alto el pico alcanzado, más espectacular el derrumbe. Por esta misma razón, cuanto menos encumbrados estemos los espectadores del drama de un héroe, mayor será el consuelo por nuestras caídas comparativamente al ras”. Y es que la historia es real, sucedió el 8 y 9 de mayo de 1982, durante el programa especial de ATC que se llamó Las 24 horas de las Malvinas, un maratón televisión con los populares presentadores Pinky y Cacho Fontana destinado a recaudar dinero para el Fondo Patriótico Malvinas Argentinas. Intervinieron muchos famoso y se retransmitió una pelea de boxeo desde el Luna Park mientras había similares combates de boxeo en todo el país para celebrar la primera noche de desembarco en las islas que reclamaba y reclama Argentina. Se recaudó más de un millón y medio de dólares para los soldaditos, pero se duda sobre cuánto le sllegó y hasta se afirma que se quedaron por el camino.
Para el director Emiliano Dionisi, en esta pieza se encuentra la posibilidad de “sanar una vieja herida. Malvinas es una herida tan fuerte por lo que significó; porque no fue una guerra, fue una matanza, fue una gran bomba de humo para distraernos a costa de nuestros pibes. Toda una generación y familias rotas, esa la marca dolorosa de Malvinas”. Bueno, participaron 23.683 combatientes argentinos, la mitad procedentes del servicio militar obligatorio. Murieron 649, uno de cada treinta. Dionisi no se pregunta qué hubiera pasado de haber ganado los militares. Quizás ahí esté una comedia todavía en espera.

Esta ‘Sansón de las islas’ es una notable comedia teatral, bien escrita, dirigida e interpretada, que por no cebarse esta vez en el franquismo y emprenderla contra aquella otra dictadura -mucho más breve y feroz- permite ignorar su trasfondo sesgado. Un acierto del Canal Hispanidad tras el discutible Ricardo III de Calixto Bieito de hace pocos días (ver nuestra reseña).
APROXIMACIÓN A LA PROPUESTA (del 1 al 10)
Interés: 8
Texto: 8
Dramaturgia: 8
Dirección: 8
Interpretación: 8
Puesta en escena: 8
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 7
TEATROS DEL CANAL
Canal de Hispanidad
‘Sansón de las islas’
Del 3 al 12 de octubre de 2025
Texto: Gonzalo Demaría
Dirección: Emiliano Dionisi
Una producción del Teatro San Martín-Complejo Teatral de Buenos Aires
Elenco:
Luciano Castro, Sansón
Manuel Vicente, Coronel Garmendía
Vanesa Maja, Lea
Gonzalo Gravano, Jorgito
Cantantes: Constanza Díaz Falú y Fernando Ursino
Asesor en lucha: Javi Guerrero
Diseño de iluminación: Lucía Feijoó
Diseño de vestuario: Jorge López
Diseño de escenografía: Cecilia Zuvialde
Música original y dirección musical: Manuel De Olaso
Sala Verde
De martes a sábados 19.30 h
Domingos 18.00 h
Duración: 1 h 15 min.

