Donald Trump ha demostrado, a lo largo de su trayectoria política, su destreza para usar el sarcasmo como un recurso comunicativo.
Esta semana, el presidente estadounidense volvió a la carga en su plataforma Truth Social, donde publicó un vídeo que muestra a mujeres civiles venezolanas recibiendo formación militar.
En lugar de inquietud, Trump acompañó las imágenes con un mensaje irónico: “ULTRASECRETO: Hemos sorprendido a la milicia venezolana en entrenamiento. ¡Una amenaza muy seria!”.
Las imágenes muestran a oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) supervisando a un grupo de mujeres –muchas sin experiencia militar previa– mientras aprenden tácticas básicas entre risas y gritos del público.
Este clip, que fue difundido inicialmente por el Gobierno venezolano como parte de sus esfuerzos para fortalecer la “defensa territorial”, ha suscitado reacciones diversas en las redes sociales, desde burlas hasta debates sobre la verdadera capacidad defensiva del país.
TOP SECRET: We caught the Venezuelan Militia in training. A very serious threat!
VIDEO: https://t.co/ZzVyxUeQaE
(TS: 22 Sep 11:43 ET) pic.twitter.com/9q9ad3BUCq
— Trump Truth Social Posts On X (@TrumpTruthOnX) September 22, 2025
Contexto geopolítico: tensiones en aumento
La publicación se produce en medio de una creciente escalada diplomática entre Washington y Caracas. En agosto, Estados Unidos aumentó su presencia militar en aguas internacionales del Caribe con el declarado objetivo de “combatir el narcotráfico”, centrando sus operaciones en embarcaciones asociadas al Cartel de los Soles, organización que, según la administración Trump, estaría liderada por Nicolás Maduro.
Durante el fin de semana previo al polémico vídeo, fuerzas estadounidenses hundieron cuatro embarcaciones supuestamente relacionadas con el narcotráfico cerca de las costas venezolanas. Tres de ellas provenían directamente del país sudamericano y la cuarta tenía origen desconocido. Este episodio intensificó aún más la presión sobre el régimen venezolano, acusado desde Washington de facilitar el tráfico ilegal hacia territorio norteamericano.
Trump no tardó en advertir que el Gobierno de Maduro “pagará un precio incalculable” si no readmite a los “presos” que “ha forzado a ir a Estados Unidos”. Un mensaje que suena como una clara advertencia en medio del endurecimiento de las posturas bilaterales.
La respuesta venezolana: unidad y defensa territorial
Frente a esta ofensiva mediática y militar estadounidense, Nicolás Maduro ha defendido los entrenamientos ciudadanos como símbolo de unidad nacional ante lo que considera “amenazas del imperio norteamericano”. El mandatario sostiene que Venezuela está “más unida que nunca” y que estos ejercicios buscan garantizar “la soberanía, la paz y el derecho a la vida”. El despliegue abarca diversas regiones del país, con operativos dirigidos tanto a jóvenes como a adultos mayores y madres sin experiencia castrense.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha calificado estas jornadas como un “hito” dentro de la revolución militar venezolana. Según sus palabras, los entrenamientos buscan enseñar a la ciudadanía a “defender centímetro a centímetro la patria”, aunque algunos observadores internacionales consideran que las imágenes parecen más una demostración simbólica que una preparación efectiva para enfrentamientos bélicos.
Diplomacia entre cartas y acusaciones
La atmósfera tensa no se limita al ámbito militar. En días recientes, la Casa Blanca confirmó haber recibido una carta firmada por Maduro, donde expresa su disposición al diálogo directo con Richard Grenell, enviado especial estadounidense. Sin embargo, Karoline Leavitt, portavoz presidencial norteamericana, calificó la misiva como “plagada de mentiras”, reiterando que Washington considera ilegítimo al gobierno venezolano y mantiene un firme compromiso para combatir el tráfico de drogas procedente del país latinoamericano.
Mientras tanto, Delcy Rodríguez –vicepresidenta ejecutiva venezolana– publicó en Telegram extractos de la carta enviada por Maduro donde niega cualquier vínculo con mafias o bandas narcotraficantes y denuncia lo que considera una campaña internacional para desacreditar al gobierno legítimo venezolano.
¿Qué hay detrás del sarcasmo?
Más allá del tono burlón utilizado por Trump –que provoca tanto indignación como risas dependiendo del bando– hay un juego estratégico donde las palabras tienen peso político. El sarcasmo presidencial busca desacreditar los esfuerzos defensivos venezolanos ante su público nacional e internacional, minimizando cualquier posible amenaza mientras refuerza su narrativa sobre la debilidad estructural del régimen chavista.
No obstante, para Caracas, cada entrenamiento ciudadano es presentado como símbolo de resistencia nacional ante lo que consideran una agresión externa sin precedentes. En este cruce dialéctico, ambos gobiernos emplean imágenes y mensajes cuidadosamente seleccionados para alimentar sus respectivas bases políticas.
Claves para entender el fenómeno
- La Milicia Bolivariana: creada oficialmente en 2009 como fuerza complementaria a las FANB; agrupa civiles simpatizantes del chavismo dispuestos a participar en defensa territorial.
- Entrenamientos populares: suelen incluir instrucción básica en manejo de armas y tácticas defensivas; son frecuentes durante periodos de alta tensión con Estados Unidos.
- Operativos estadounidenses: desde 2020 se han intensificado patrullas navales cerca de Venezuela bajo pretexto antinarcóticos.
- Guerra mediática: ambos países recurren sistemáticamente a vídeos virales y mensajes irónicos para moldear percepciones internas y externas.
Anécdotas y curiosidades
- En uno de los vídeos difundidos por redes sociales se observa cómo una mujer mayor confunde el fusil con un paraguas durante el entrenamiento; según testigos, acabó usando el arma para protegerse del sol caribeño.
- Tras publicarse las imágenes, internautas venezolanos bromearon sobre posibles nuevas disciplinas olímpicas: “Carrera armada contra viento y marea”.
- El propio Trump afirmó días antes que “ni siquiera se encuentra un barco pesquero” en aguas venezolanas tras el despliegue estadounidense; algunos medios locales respondieron satíricamente preguntando si también habían desaparecido los tiburones.
- No es la primera vez que líderes estadounidenses utilizan el humor para criticar programas militares extranjeros; ya en 2017, Trump ironizó sobre los lanzamientos fallidos norcoreanos diciendo: “¡Eso sí que son fuegos artificiales!”.
- En Caracas circula desde hace años una leyenda urbana sobre milicianos que confundieron un simulacro nocturno con una fiesta popular… y acabaron bailando salsa entre trincheras improvisadas.
Está claro que incluso en los momentos más tensos siempre hay lugar para el ingenio –y para preguntarse si algún día veremos competiciones internacionales donde lo esencial sea quién tiene más sentido del humor armado.
