Diplomacia, tecnología y narrativa del conflicto israelí-palestino

¿Por qué llevaba Netanyahu este código QR en su pin durante su discurso en la ONU?

El primer ministro israelí sorprende en la ONU con un pin digital que reaviva el debate sobre el uso de la tecnología en la política internacional

El codigo QR en el pin de Netanyahu.
El codigo QR en el pin de Netanyahu. PD

La escena parecía sacada de una película de intriga política con toques digitales: Benjamín Netanyahu se presenta ante la Asamblea General de la ONU y, en lugar del habitual lazo amarillo que simboliza apoyo a los rehenes israelíes, opta por un pin redondo que muestra un código QR.

No se trata de un error de vestuario ni de una moda pasajera. Según fuentes de su oficina, es una estrategia bien pensada para “que el mundo no olvide” los atentados perpetrados el 7 de octubre de 2023 por Hamás contra civiles israelíes.

Al escanear el código QR, se accede a una página web que compila una amplia gama de documentos gráficos sobre los crímenes ocurridos ese día: fotografías, testimonios, detalles sobre la masacre y la situación de los rehenes. La web incluye también una advertencia sobre la dureza del contenido, buscando así impactar y movilizar a la opinión pública internacional. Pero no se queda ahí: toda la delegación israelí exhibe este pin, mientras que en Nueva York, pantallas gigantes junto a la sede de la ONU y en Times Square proyectan el mensaje “Remember October 7”, junto al mismo QR.

El trasfondo: diplomacia pública, narrativa y conflicto

La elección del código QR como símbolo diplomático no es casualidad. Israel intenta cambiar el enfoque internacional —actualmente centrado en la crisis humanitaria en Gaza y las acusaciones sobre su devastadora ofensiva militar— hacia los ataques cometidos por Hamás, presentando pruebas directas e imágenes difíciles de ignorar. Además, esta campaña limita el acceso a los documentos para usuarios fuera de Israel, una táctica ya utilizada anteriormente para controlar cómo se difunde y percibe su mensaje a nivel global.

Mientras tanto, la contienda por las narrativas se intensifica. Organizaciones internacionales como la ONU y Amnistía Internacional han denunciado a Israel por posibles crímenes de guerra y genocidio en Gaza desde que comenzó la ofensiva tras el ataque de Hamás. Más de 65.000 personas han perdido la vida en Gaza desde entonces; millones han sido desplazados y se ha declarado oficialmente una hambruna en ese enclave palestino. Por lo tanto, el QR que utiliza Netanyahu no solo actúa como recordatorio; busca justificar ante el mundo entero la respuesta israelí en un contexto donde las condenas internacionales son cada vez más numerosas.

Tecnología y política: cuando la IA y el QR se sientan en la mesa de la ONU

El uso del código QR en un entorno tan solemne como el de la ONU pone de manifiesto cómo la tecnología digital ha pasado a ser una herramienta clave dentro de la diplomacia actual. No solo se trata de “modernizar” los métodos comunicativos; también implica dirigir narrativas que generen un impacto inmediato y cuantificable. En estos tiempos donde la inteligencia artificial (IA) filtra, analiza y amplifica datos a velocidades sin precedentes, las disputas por recordar e interpretar los hechos ya no transcurren únicamente entre despachos; también tienen lugar en redes sociales y teléfonos móviles durante asambleas internacionales.

La IA desempeña un papel cada vez más importante al verificar y analizar los materiales difundidos. Medios y plataformas internacionales están utilizando algoritmos avanzados para autenticar imágenes, detectar deepfakes y seguir cómo se propagan las campañas informativas. Esto añade otra capa compleja al asunto: los estados deben desarrollar estrategias que no solo comuniquen su versión oficial, sino que también resistan el escrutinio tanto humano como automatizado.

El impacto del gesto: ¿eficacia o ruido en la era de la sobreinformación?

La estrategia emprendida por Netanyahu ha generado opiniones encontradas. ¿Consigue conmover e informar con su QR o simplemente añade ruido a un espacio público ya saturado? Algunos analistas consideran que esta campaña es un movimiento astuto para captar atención mundial justo cuando Israel atraviesa momentos complicados diplomáticamente. Otros critican este gesto como pura propaganda que evita abordar cuestiones sobre proporcionalidad y las consecuencias humanitarias derivadas del ataque a Gaza.

Lo cierto es que estamos ante una política internacional cada vez más digitalizada; ahora luchar por legitimidad incluye también códigos QR, redes sociales e inteligencia artificial. El pin mostrado por Netanyahu va más allá de ser un simple accesorio; representa cómo ha evolucionado la diplomacia hacia un ámbito donde tecnología e información compiten intensamente por moldear lo que percibimos globalmente.

¿Qué nos espera? QR, IA y el futuro de la diplomacia

El episodio del QR presentado en la ONU puede marcar un antes y un después. Los líderes mundiales ya no solo pugnan por hacerse oír en foros tradicionales; ahora buscan captar atención en espacios digitales. Campañas como las impulsadas por Netanyahu presagian un futuro donde la diplomacia será tan interactiva y personalizada como lo permitan los algoritmos disponibles. El desafío será evitar que esta tecnología acabe siendo solo ruido o incluso peor: otra herramienta más dentro del arsenal bélico utilizado en conflictos internacionales.

Por ahora, el pin expuesto por Netanyahu ha logrado su cometido: nadie ha quedado indiferente ante él. A medida que el código QR sigue generando escaneos y debates acalorados, surge una pregunta crucial: ¿puede —o debe— esta memoria digital reemplazar a nuestra memoria histórica? Como siempre sucede, será el tiempo junto con los avances tecnológicos quienes decidan.

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