BRONCA EN LA CADENA SER TRAS UN CHOQUE EN DIRECTO

Una tertuliana de la SER se larga directo cuando el ‘gallina’ Aroca se pone a cacarear

El conocido polemista político vuelve a recurrir a la grosería para defender al PSOE

La hemeroteca de levantadas en un programa de radio tiene un nuevo capítulo.

Durante una sección del programa Hoy por Hoy de la Cadena SER, Javier Aroca ha vuelto a dar muestras de su mala educación al ponerse a cacarear cuando una compañera de tertulia, Berna González Harbour, estaba criticando duramente la corrupción del Gobierno de Pedro Sánchez.

Ante esta grosería, la colaboradora de Ángels Barceló pegó la espantada en pleno directo.

El incidente tuvo lugar mientras se discutía la actualidad política nacional, en un momento donde no faltan temas candentes: desde el cerco judicial sobre José Luis Ábalos hasta las repercusiones políticas de la pasada gota fría en la Comunidad Valenciana, pasando por las tensiones internas del Gobierno de coalición.

Javier Aroca se ha ganado una muy mala reputación en el mundillo mendiático por ser capaz de cualquier grosería, desprecio o insutlo contra todo aquel que ose denunciar las miserias de la izquierda. Su estilo sin filtros, que algunos critican como «cacareo» por la insistencia con que repite sus argumentos, ha suscitado críticas tanto dentro como fuera de los platós radiofónicos.

Sin embargo, esta forma de abordar el debate político no siempre es bien recibida entre sus compañeros. La tensión acumulada en emisiones anteriores parece haber alcanzado su punto máximo en esta última jornada, cuando la discusión derivó en reproches personales y acusaciones mutuas sobre interrupciones constantes. La tertuliana afectada, según fuentes cercanas al programa, habría manifestado su descontento ante lo que consideraba una falta de respeto sistemática hacia sus intervenciones.

Este tipo de debates están diseñados para generar chispas. La cuestión radica en hasta qué punto esas chispas deben convertirse en hoguera. Los oyentes de la SER están acostumbrados a un tono elevado en las discusiones políticas; sin embargo, lo ocurrido esta vez parece haber cruzado esa línea invisible que separa un debate acalorado del enfrentamiento personal.

Que una tertuliana abandone un programa en directo siempre es algo excepcional. Las levantadas son más habituales en la televisión. De hecho, es un gesto lo suficientemente excepcional como para generar comentarios tanto dentro como fuera del medio. Algunos analistas consideran que estas situaciones evidencian las dificultades para mantener un formato de tertulia política cuando las posturas son tan polarizadas y los ánimos están tan caldeados.

Las tertulias políticas en tiempos convulsos

El panorama político español no ayuda precisamente a mantener la calma. Con casos de corrupción afectando al Gobierno, a la familia de Pedro Sánchez y al PSOE y con temas muy polémicos como la gestión de la pasada Gota Fría en Valencia y los errores tanto del Gobierno central como del regional o la falta de presupuestos por tercer año consecutivo, las tertulias radiofónicas se han convertido en un termómetro del nivel de crispación social.

Aroca, por su parte, parece disfrutar con la crispación en las tertulias y a veces, la genera él mismo, sobre todo para defender a capa y espada a la izquierda o para acusar de cualquier barbaridad al PP y especialmente a VOX. También ha criticado lo que considera una «narrativa peligrosa» por parte del líder popular al vincular casos de corrupción con propuestas fiscales reduccionistas; una estrategia que él ve como desvirtuadora del debate político.

Las críticas no se limitan solo al PP; Aroca también ha puesto bajo lupa las contradicciones dentro de Sumar, especialmente respecto a aprobaciones relacionadas con ayudas muy demandadas por diversas organizaciones. A su juicio, esta indecisión debilita al espacio político progresista. Este tipo de análisis directo y sin filtros es distintivo de su estilo pero también causa fricciones con otros tertulianos que prefieren mantener un tono más moderado.

El incidente ha desatado un intenso debate en redes sociales; los oyentes se han dividido entre quienes defienden a Aroca por lo que consideran valentía al expresar sus opiniones y quienes creen que su estilo es incompatible con un diálogo constructivo. Algunos usuarios han mostrado simpatía hacia la tertuliana que dejó el programa, considerando su decisión como un acto digno frente a lo que perciben como acoso dialéctico.

Desde la dirección de Cadena SER no han realizado declaraciones oficiales sobre lo ocurrido; sin embargo, fuentes internas indican que se está evaluando la situación para evitar que episodios similares se repitan. El formato de ‘El Abierto’ es uno de los más valorados dentro de la programación y cualquier modificación podría tener repercusiones significativas sobre su audiencia.

Lo cierto es que este tipo situaciones destacan las dificultades para gestionar espacios destinados al debate político en contextos tan polarizados. Los oyentes buscan análisis rigurosos pero también respeto entre los participantes; ese equilibrio no siempre resulta sencillo cuando los ánimos están tan caldeados como ahora.

Las tertulias radiofónicas españolas han vivido episodios memorables a lo largo del tiempo; desde legendarias discusiones en la SER hasta enfrentamientos notorios en otras emisoras como COPE u Onda Cero. Sin embargo, el abandono en pleno directo sigue siendo un gesto lo suficientemente inusual como para dejar huella entre los oyentes.

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