Roma fue el escenario del renacimiento institucional del fútbol europeo

Nasser Al-Khelaifi ‘entierra’ la Superliga de fútbol

En una asamblea cargada de simbolismo, el presidente del PSG y de los clubes europeos dio por muerta la Superliga y selló la reconciliación con Joan Laporta, mientras tiende la mano al Real Madrid.

Nasser Al-Khelaifi 'entierra' la Superliga de fútbol
Nasser Al-Khelaifi PD.

Roma, ciudad eterna y escenario de grandes gestas, volvió a vibrar con un capítulo crucial del fútbol continental. Bajo los frescos salones que acogieron la asamblea anual de la European Football Clubs (EFC), Nasser Al-Khelaifi habló sin rodeos: “La Superliga estaba muerta antes de su inicio”. No fue solo una frase; fue una sentencia que resonó como un pitido final sobre un proyecto que nunca llegó a arrancar.

El presidente del PSG, elegante y seguro, compareció ante la prensa con el aplomo de quien sabe que las cartas han vuelto a su favor. A su lado, como invitado de honor, Joan Laporta simbolizaba el esperado regreso del FC Barcelona al redil europeo. “Es nuestro amigo”, dijo Al-Khelaifi entre sonrisas, dejando claro que los desencuentros se archivan cuando el fútbol llama a la unidad.

El catarí no dudó en resaltar la dimensión del gesto: “No se trata de la Superliga, se trata de traer a todos de vuelta a la familia”. Y lo cierto es que la asamblea respiraba reconciliación. Los representantes de los clubes europeos celebraron la vuelta del Barça como un regreso de sangre azul al corazón del continente. Las sonrisas, los abrazos y hasta un toque de humor marcaron la jornada.

Con estilo distendido, Al-Khelaifi compartió anécdotas de su reencuentro con Laporta: “Tuvimos una buena cena, un paseo romántico por Roma, ¡es un gran tipo!”. Luego, más serio, añadió admiración por el dirigente azulgrana: “En una situación financiera difícil, llegó y ayudó al club de nuevo. Chapeau, como decimos en Francia”.

Pero el relato no se detuvo ahí. El presidente de la EFC lanzó un guiño inesperado hacia el otro gran protagonista de la saga: el Real Madrid. “Esperamos su regreso”, dijo, extendiendo un puente que hasta hace poco parecían separar mares de intereses. “La Superliga estaba muerta antes de nacer”, reiteró, con tono firme, como si quisiera clavar la última estaca a ese proyecto rebelde.

En Roma, donde las viejas glorias siempre encuentran eco, el mensaje quedó claro: Al-Khelaifi se consolida como el arquitecto de una nueva unidad europea, Laporta regresa al juego diplomático, y la Superliga pasa, definitivamente, a la historia de los sueños imposibles del fútbol.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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