La política española siempre da que hablar, y esta semana el centro de atención es Pedro Sánchez, quien ha admitido públicamente haber recibido pagos en efectivo del PSOE.
Esta revelación llega tras las declaraciones de José Luis Ábalos y otros miembros de lo que algunos comentaristas han denominado la “cuadrilla de maleantes”.
Durante una entrevista en la Cadena SER, el presidente del Gobierno declaró que «no era algo habitual pero seguro que en alguna ocasión he tenido ese tipo de liquidaciones de gasto».
Esta afirmación, lejos de calmar las aguas, ha reavivado el debate sobre la transparencia en la gestión de fondos dentro de los partidos políticos, así como sobre los límites entre lo legal y lo turbio.
El origen de estas declaraciones se encuentra en un informe elaborado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que examina la situación patrimonial de Ábalos, exministro y exsecretario de Organización socialista.
Este documento reveló cerca de 95.000 euros con procedencia incierta en cuentas a nombre de Ábalos, lo cual ha servido como munición para la oposición. A su vez, Sánchez se defendió argumentando que esas cantidades no eran del partido, sino que provenían del propio exministro.
¿Dinero negro o simple reembolso de gastos?
La diferencia entre dinero negro y pagos en efectivo ha cobrado protagonismo en el discurso gubernamental. Sánchez insiste en que lo esencial es que «se haga conforme a la ley», asegurando que estos pagos son simplemente «liquidaciones típicas de gasto cuando uno hace un gasto extraordinario, como una comida o un viaje». El presidente subraya que «las transferencias se realizan desde las cuentas corrientes del Partido Socialista», las cuales están auditadas y registradas ante el Tribunal de Cuentas.
Ábalos también ha salido al paso negando la existencia de sobresueldos y defendiendo que estos sobres eran solo reembolsos por gastos anticipados. Según su versión, esa era la práctica habitual mediante la cual el partido devolvía los importes adelantados por sus dirigentes. Además, recalca que «no había tarjetas de crédito para los cargos y todo se gestionaba así». Sin embargo, el informe de la UCO ha destacado un curioso lenguaje codificado entre los implicados; términos como “chistorras”, “lechugas” o “folios” habrían sido utilizados para referirse supuestamente a billetes de diferentes denominaciones.
El marido de Begoña y la cultura del reembolso
En medio de esta confusión e intercambio de acusaciones, el esposo de Begoña Gómez también se ha manifestado al respecto, reconociendo que «no era algo habitual pero seguro que en alguna ocasión he tenido ese tipo de liquidaciones de gasto». Esta afirmación, similar a la realizada por Sánchez, refuerza la idea de que el uso del efectivo no era una práctica sistemática, aunque sí estaba presente y normalizada en ciertas situaciones para cubrir gastos extraordinarios o representativos.
La estructura detrás de estos reembolsos ha comenzado a desvelarse parcialmente. Por ejemplo, se menciona el caso de Ábalos junto a su asesor Koldo García, quienes recibieron pagos en metálico desde Ferraz para cubrir gastos relacionados con comidas y viajes; esto incluye facturas en restaurantes madrileños así como desplazamientos a Canarias. En conversaciones interceptadas se habla incluso sobre recoger el dinero “abajo” en las instalaciones del partido, lo cual añade una dimensión concreta a lo que hasta ahora era solo sospecha.
La respuesta institucional y el debate público
Sánchez se apoya en el informe elaborado por la UCO para defender la legalidad detrás de estos pagos y desestimar cualquier indicio sobre financiación irregular. Sin embargo, queda claro que la línea entre contabilidad y política es cada vez más difusa. La portavoz del Ejecutivo socialista, Montse Mínguez, ha intentado calmar los ánimos apelando al sentido común al afirmar que “hay dinero efectivo para resolver tickets al céntimo”.
La oposición no tardó en señalar las ambigüedades del sistema; especialmente el Partido Popular, quienes han comparado estas prácticas con las gestiones financieras llevadas a cabo por otras formaciones políticas. En tono sarcástico, Sánchez reprochó al PP su confusión entre dinero negro y dinero efectivo, sugiriendo que “le traiciona el subconsciente” cuando insinúa corrupción. Además, puso énfasis en los gastos representativos del PP, asegurando que Alberto Núñez Feijóo había cobrado más durante un año que Ábalos como secretario de Organización; acusando así a los populares por incumplir con la Ley de Transparencia.
Auditorías, cuentas y el futuro de la gestión interna
La pregunta sobre si el PSOE dejará atrás este sistema basado en pagos en efectivo sigue sin respuesta definitiva. Sánchez defiende su postura asegurando que lo crucial es cumplir con las normativas vigentes; todas las cuentas están auditadas tanto por organismos externos como por el Tribunal de Cuentas. No obstante, el informe realizado por la UCO señala ciertos pagos no documentados realizados desde Ferraz, lo cual aviva sospechas sobre posibles irregularidades.
Por otro lado, se ha incrementado notablemente el número de cuentas sin fiscalizar dentro del partido socialista; alcanzando hasta 405 durante la trama Ábalos-Cerdán operativa. Los montantes involucrados superan ya los 700.000 euros. Este dato complica aún más la gestión financiera interna y abre un amplio debate sobre cómo mejorar los controles y aumentar la transparencia dentro del ámbito político.
Curiosidades y datos llamativos del caso
- En el argot interno del PSOE, pedir “cajas de folios” podía interpretarse como solicitar fajos con billetes de 50 euros.
- El Tribunal Supremo ha denegado a Ábalos renunciar a su abogado asignado por oficio; obligándole así a declarar sobre los pagos realizados en efectivo.
- Las auditorías externas continúan revisando las cuentas mientras que el tema relacionado con los reembolsos metálicos sigue dominando tanto la agenda política como mediática durante esta semana.
La política española vuelve a demostrar su capacidad para sorprendernos: entre sombras e iluminaciones nunca parece haber una línea clara entre lo lícito y lo cuestionable. El episodio relacionado con estos pagos metálicos promete seguir generando titulares e intensas reflexiones durante un buen tiempo.
