Terrorismo islamista reaviva el temor entre minorías religiosas

Atentado suicida de un islamista fanático en una iglesia de Damasco mata a 25 cristianos

Un ataque suicida del Estado Islámico en una iglesia ortodoxa deja al menos 25 muertos y decenas de heridos en Damasco mientras crecen las amenazas a comunidades cristianas

Cristianos perseguidos y asesinados por su fe
Cristianos perseguidos y asesinados por su fe. PD

El pasado domingo, 22 de junio de 2025, un atentado suicida sacudió la capital siria.

Un facinerosos armado irrumpió en la iglesia ortodoxa de San Elías, en Dwelaa, durante la misa, disparó contra los fieles y detonó un chaleco explosivo.

El balance provisional: al menos 22 muertos según cifras oficiales, aunque algunos medios elevan la cifra a 25, y más de 60 heridos.

Entre las víctimas, niños y familias enteras que asistían a la liturgia semanal.

Las imágenes difundidas muestran bancos destrozados, columnas colapsadas y cuerpos cubiertos de sangre.

El ataque, reivindicado por miembros del autodenominado Estado Islámico según las autoridades sirias, es el primero de este tipo en años en la capital y reaviva el temor entre las comunidades cristianas.

Contexto: presión creciente sobre los cristianos en Siria

Este atentado no es un hecho aislado. Desde hace meses, los barrios cristianos en Siria viven bajo una presión creciente. Grupos islamistas han intensificado su presencia:

  • Difunden mensajes radicales por altavoces.
  • Imponen restricciones sociales y religiosas incluso en espacios públicos.
  • Atacan comercios regentados por cristianos o que venden alcohol.
  • Amenazan directamente a miembros destacados de la comunidad.

El nuevo gobierno sirio, encabezado por Ahmad al-Sharaa desde enero, no logra frenar la escalada ni garantizar seguridad a las minorías. Algunas facciones islamistas ni reconocen su autoridad y acusan al Ejecutivo de «infiel». La sensación de desprotección aumenta cada semana entre quienes profesan el cristianismo.

El modus operandi: brutalidad y mensaje político

El ataque del domingo fue meticulosamente planeado:

  • El atacante llegó armado y acompañado por otros hombres.
  • Disparó contra los fieles antes de activar el explosivo.
  • Según testigos presenciales, lanzó también una granada dentro del templo.
  • Sus cómplices huyeron tras el estallido.

La finalidad era doble: causar el mayor daño posible y enviar un mensaje directo a las minorías religiosas, especialmente a los cristianos, sobre su vulnerabilidad. El Gobierno sirio calificó el atentado como “acto cobarde que va en contra de los valores cívicos”, prometiendo redoblar esfuerzos para proteger a todos los ciudadanos.

Antecedentes: persecución global a cristianos

La situación vivida en Damasco refleja una tendencia preocupante: la persecución contra los cristianos se ha intensificado en varias regiones del mundo.

Cifras globales alarmantes

  • Según organizaciones internacionales como Open Doors o ACN, Siria sigue siendo uno de los países donde más peligroso es profesar el cristianismo.
  • En Oriente Medio, los ataques a iglesias y comunidades cristianas han aumentado tras la caída de gobiernos seculares o moderados.
  • Nigeria, Egipto e Irak comparten también altos índices de violencia anticristiana.

Formas de persecución

  • Ataques directos: asesinatos, secuestros y atentados como el de Damasco.
  • Presión social: discriminación laboral y educativa.
  • Restricciones legales: prohibiciones para construir iglesias o manifestar públicamente la fe.

El caso sirio es paradigmático porque la comunidad cristiana ha pasado de ser un actor respetado —con raíces milenarias— a convertirse en blanco frecuente del extremismo religioso.

Reacciones internacionales y miedo al futuro

Tras el atentado, líderes religiosos y gobiernos occidentales condenaron el ataque. El Vaticano expresó su “profundo dolor” e instó a la comunidad internacional a no mirar hacia otro lado ante la persecución sistemática que sufren millones por motivos religiosos.

En Siria, muchas familias cristianas temen nuevos ataques. Algunos plantean abandonar sus hogares y emigrar si la situación no mejora. Las fuerzas de seguridad han reforzado la vigilancia en templos y barrios cristianos, pero reconocen que es imposible blindar todos los lugares de culto ante células extremistas aún activas.

¿Qué puede ocurrir ahora?

El atentado marca un punto de inflexión para Siria:

  • Se prevé un aumento en las medidas represivas del gobierno sobre zonas sospechosas de albergar extremistas.
  • Es probable que crezca la desconfianza entre comunidades religiosas.
  • Podría producirse un nuevo éxodo de familias cristianas hacia países más seguros.

A nivel internacional, este episodio vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de proteger a las minorías religiosas dondequiera que estén amenazadas. La violencia del domingo es un recordatorio brutal: profesar el cristianismo sigue costando vidas en muchos rincones del mundo —y Siria es hoy su escenario más reciente y sangriento—.

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