Este miércoles 2 de abril, Donald Trump anunció un paquete masivo de tarifas comerciales en lo que denominó el Día de la Liberación, una jornada clave para su estrategia económica. Desde la Rosaleda de la Casa Blanca, el mandatario presentó un plan basado en aranceles recíprocos, diseñados para igualar las tarifas impuestas a productos estadounidenses en mercados extranjeros. Según Trump, estas medidas buscan corregir décadas en las que Estados Unidos fue «saqueado» tanto por aliados como adversarios comerciales.
La nueva política incluye un arancel universal base del 10% sobre todas las importaciones y tasas específicas mucho más altas para países con grandes déficits comerciales con EE.UU., como China (34%), Vietnam (46%) o Japón (24%). En palabras del presidente: “Por demasiado tiempo hemos permitido que otros países nos roben. Hoy declaramos nuestra independencia económica”. Este enfoque ha generado reacciones inmediatas tanto dentro como fuera del país.
Contexto histórico: ¿Cómo llegamos aquí?
Desde su primera presidencia, Donald Trump ha defendido una visión proteccionista del comercio internacional. Su regreso al Despacho Oval este año marcó una intensificación significativa en esta postura. Durante sus primeros mandatos ya había impuesto gravámenes al acero y aluminio europeos, así como a productos chinos y automóviles fabricados fuera del país.
Trump sostiene que estas políticas son necesarias porque “Estados Unidos ha sido estafado durante décadas”. Argumenta que prácticas desleales como subsidios estatales extranjeros o manipulación monetaria han perjudicado a los trabajadores estadounidenses mientras enriquecían a otras naciones.
Sin embargo, esta narrativa no es nueva ni exclusiva de su administración actual. La percepción de desequilibrios comerciales entre EE.UU. y socios clave —como China o Alemania— lleva años alimentando tensiones económicas globales.
Impacto económico inmediato
Las nuevas tarifas anunciadas podrían recaudar hasta 600 mil millones anuales, según Peter Navarro, asesor comercial cercano al presidente. Sin embargo, economistas advierten sobre posibles consecuencias negativas:
- Inflación interna: Los consumidores estadounidenses enfrentarán precios más altos debido al encarecimiento generalizado.
- Pérdida laboral: Moody’s Analytics estima hasta 5 millones menos empleos si se implementan represalias internacionales.
- Riesgo recesivo: Una caída proyectada del PIB estadounidense podría alcanzar el 1.7%, afectando sectores clave como manufactura e industria automotriz.
Además, varios países ya han anunciado represalias contra productos estadounidenses exportados hacia sus mercados; entre ellos destacan China —con nuevos gravámenes agrícolas— y la Unión Europea —que evalúa impuestos adicionales sobre bienes tecnológicos norteamericanos—.
Reacciones internacionales
El anuncio generó respuestas inmediatas alrededor del mundo:
- En Asia Oriental:
- Pekín calificó las medidas como “hostiles” e inició consultas diplomáticas urgentes junto a Japón y Corea del Sur para acelerar acuerdos regionales alternativos.
- En Europa:
- Líderes comunitarios pidieron fortalecer alianzas estratégicas con Canadá frente al proteccionismo estadounidense.
- América Latina:
- Países exportadores hacia EE.UU., incluidos Colombia o Brasil enfrentan ahora barreras significativas bajo este nuevo régimen tarifario universal base (10%).
Mientras tanto México opta nuevamente por negociar directamente evitando confrontaciones abiertas aunque sin descartar acciones legales futuras bajo tratados vigentes tales cómo T-MEC(TLCAN renovado).
¿Qué busca realmente Donald Trump?
Más allá de la retórica populista habitual criticando abusos pasados cometidos supuestamente contra Norteamérica , existen objetivos claros detrás decisiones recientes tomadas desde Washington :
- Consolidarse políticamente ante bases electorales rurales-industriales quienes ven reflejadas las esperanzas de recuperación económica local mediante restricciones competitivas externas .
- Presionar a adversarios geopolíticos estratégicos tales Rusia-China limitándoles acceso a recursos financieros necesarios para sostener sus expansiones militares-influencias regional-globalizadas respectivamente.
- Redefinir reglas del juego comercial internacional favoreciendo intereses corporativos nacionales especialmente energéticos-tecnológicos donde la predominancia americana sigue siendo crucial para garantizar la hegemonía futura .

