UN HITO PARA LA CIENCIA Y LA CONSERVACIÓN AMAZÓNICA

Descubren en el Amazonas la anaconda más grande del mundo: la imponente Eunectes akayima

Una expedición internacional halla en Ecuador la serpiente más pesada y robusta jamás registrada, reescribiendo los récords de la herpetología mundial

La anaconda Eunectes akayima, en Amazonia
La anaconda Eunectes akayima, en Amazonia. PD

Imagina navegar por un río amazónico, sudando la gota gorda bajo el sol ecuatorial, cuando de repente una sombra colosal se desliza junto a tu canoa.

No, no es un tronco flotante ni un mito contado al calor de la hoguera: es una Eunectes akayima, la anaconda más grande jamás documentada.

El equipo científico que la encontró aún bromea con el tamaño de sus botas tras cruzarse con semejante “vecina”, aunque pocos olvidarán el temblor en las piernas al verla emerger entre lianas y raíces.

La noticia ha dado la vuelta al mundo y no es para menos: esta nueva especie, hallada en el corazón del Amazonas ecuatoriano, ha pulverizado todos los registros conocidos. Un ejemplar capturado medía 6,3 metros y rozaba los 200 kilos, aunque algunos informes recogen encuentros con anacondas que superarían incluso los ocho metros y los 200 kg de peso.

Los científicos, entre asombro y respeto, reconocen que estas dimensiones sitúan a la Eunectes akayima como la serpiente más pesada y robusta del planeta, destronando a la mítica pitón reticulada en masa corporal.

La expedición que desafió el mito

Este descubrimiento no fue fruto del azar ni de una excursión dominguera. Una expedición internacional liderada por el profesor Bryan Fry, de la Universidad de Queensland, junto a guías indígenas Waorani y con el inesperado acompañamiento del actor Will Smith (sí, ese Will Smith), recorrió durante diez días los rincones más recónditos de Bameno, territorio sagrado para los pueblos originarios.

El encuentro se produjo en aguas poco profundas, donde la anaconda acechaba a sus presas camuflada entre ramas sumergidas. Los expertos destacaron que aunque visualmente la Eunectes akayima es casi idéntica a la anaconda verde tradicional (Eunectes murinus), genéticamente difieren en un sorprendente 5,5% —más que lo que separa a humanos y chimpancés— lo que confirma su estatus como especie independiente.

  • Nombre científico: Eunectes akayima
  • Etimología: “Akayi” significa “serpiente grande” en lenguas caribes.
  • Área de distribución: Principalmente Amazonía ecuatoriana; existen registros también en Venezuela, Trinidad, Guyana, Surinam y Colombia.

¿Un monstruo o un tesoro ecológico?

Con semejante tamaño y fama, es natural preguntarse: ¿la Eunectes akayima representa un peligro real para los humanos? Lo cierto es que su dieta habitual consiste en peces, aves acuáticas, roedores e incluso caimanes pequeños. Los ataques a personas son extraordinariamente raros y suelen responder a situaciones extremas o de defensa propia.

  • Solo se han documentado unos pocos incidentes con humanos en toda Sudamérica.
  • Prefiere evitar el contacto humano y se oculta hábilmente bajo el agua o entre vegetación densa.
  • Su papel ecológico es crucial: regula poblaciones de presas medianas y grandes y mantiene el equilibrio del ecosistema fluvial amazónico.

¿Están en peligro de extinción?

Aquí llega el jarro de agua fría: pese a su tamaño imponente, la Eunectes akayima es también una de las especies más vulnerables del planeta. Su área de distribución está severamente restringida y las amenazas se multiplican:

  1. Deforestación acelerada: Cada año desaparecen miles de hectáreas de selva para dar paso a cultivos o pastos ganaderos.
  2. Explotación petrolera: Los derrames contaminan ríos clave para su reproducción y alimentación; se han detectado metales pesados que pueden afectar su fertilidad.
  3. Caza furtiva: A pesar del secretismo sobre su ubicación exacta para evitar saqueos, ya se ha documentado al menos una muerte por disparos tras su hallazgo oficial.
  4. Tráfico ilegal: Aunque menos frecuente que con otras especies exóticas, existe demanda por pieles o ejemplares vivos.

Los expertos insisten en que perder a estas gigantes sería catastrófico para toda la Amazonia: sin ellas proliferarían especies invasoras y colapsaría parte del delicado equilibrio ecológico del mayor bosque tropical del mundo.

Una especie récord… y rodeada de misterios

El hallazgo ha revolucionado tanto a científicos como a comunidades indígenas. Para los Waorani —colaboradores fundamentales en esta investigación—, las anacondas siempre han sido guardianas espirituales del río; ahora la ciencia reconoce oficialmente lo que ellos intuían desde hace generaciones.

La divergencia genética tan marcada entre Eunectes akayima y su “prima” del sur (Eunectes murinus) ha obligado a reescribir libros de zoología. Estos reptiles colosales nunca se cruzan incluso habitando orillas opuestas del mismo río, lo cual refuerza su separación evolutiva definitiva.

CaracterísticaEunectes akayimaAnaconda verde (E. murinus)
Longitud máxima registrada8 m (casos excepcionales)7 m
Peso máximo+200 kg150 kg
Diferencia genética5,5%
Área principalNorte amazónicoSur amazónico

Curiosidades que desafían la imaginación

  • El grosor corporal de una Eunectes akayima adulta puede superar fácilmente el diámetro de una rueda de coche.
  • En ciertos rituales indígenas amazónicos, ver una anaconda gigante es augurio de lluvias favorables… aunque algunos exploradores occidentales preferirían cualquier otro pronóstico.
  • La piel de esta serpiente es tan gruesa como la goma industrial; sin embargo, no pudo protegerla contra cazadores furtivos armados recientemente.
  • El descubrimiento fue posible gracias al cruce entre ciencia moderna (análisis genéticos avanzados) y saber ancestral indígena.
  • El equipo científico pretende estudiar cómo afectan los contaminantes industriales a su biología reproductiva: podrían descubrirse aún más secretos sobre su adaptación al entorno.

Lejos del monstruo devorador descrito por Hollywood o los relatos populares, Eunectes akayima representa tanto un milagro evolutivo como un termómetro ecológico para toda la Amazonia. Su destino —y el nuestro— depende ahora de cuánto valoremos este patrimonio natural único antes de que solo queden leyendas… o titulares necrológicos.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído