En octubre de 2025, Marcos Llorente se ha establecido como uno de los futbolistas más resistentes y polifacéticos del Atlético de Madrid, convirtiéndose también en una figura peculiar dentro del ámbito nacional. En sus recientes declaraciones, el internacional español ha compartido una rutina diaria que, entre la ciencia y la originalidad, no deja a nadie indiferente. Es habitual verlo en el madrileño municipio de Las Rozas con gafas de cristales amarillos y un café con mantequilla en mano, defendiendo prácticas que considera esenciales para su bienestar físico y mental.
La dieta paleolítica: un regreso a lo básico
La alimentación de Llorente es estricta y específica. Sin cereales, legumbres ni lácteos; su dieta se fundamenta en lo que se conoce como dieta paleolítica. Esto implica consumir solo aquellos alimentos que se podían cazar o recolectar en tiempos prehistóricos: carnes magras, pescados, mariscos, frutas, verduras, tubérculos, frutos secos y semillas. Todo lo procesado, así como harinas y azúcares, queda excluido de su despensa.
Él mismo lo comenta sin tapujos: «No consumo lácteos ni pasta. De carbohidratos solo ingiero patata, boniato y yuca. Como carne, pescado y muchas verduras. Lo hago por salud, no únicamente por el fútbol». Su jornada comienza con un café al que añade dos o tres cucharadas de mantequilla; una práctica que sostiene le proporciona energía y grasas saludables. Esta mezcla no es una mera rareza, sino que está relacionada con el movimiento ‘Bulletproof Coffee’, popular en círculos de nutrición alternativa.
Cenas a la luz del día: comidas a las 17:30 y ayuno intermitente
En el mundo de Llorente, los horarios de las comidas son sagrados. El centrocampista solo consume alimentos cuando hay luz natural, cumpliendo una versión rigurosa del ayuno intermitente. «Desayuno, como y ceno siempre que haya luz natural. En invierno ceno a las 17:30; en verano un poco más tarde, antes de que anochezca». En su hogar, la iluminación artificial es roja y evita utilizar luces blancas o pantallas cerca de la hora de cenar, convencido de que las señales lumínicas influyen en el ritmo circadiano y afectan a la salud.
Este hábito podría recordar a costumbres rurales o al ritmo natural del entorno. Llorente lo defiende como un pilar fundamental para sentirse bien físicamente. «No busco tener abdominales marcados; eso es simplemente una consecuencia de mi estilo de vida», afirma el madrileño, quien asegura no haber enfermado ni una vez en los últimos dos años; ni siquiera ha padecido un resfriado.
Gafas amarillas y luces rojas: combatiendo la luz azul
Una imagen icónica del futbolista es aquella en la que luce sus gafas de cristales amarillos en espacios cerrados. Según explica, las utiliza para filtrar la luz artificial y evitar que la luz azul proveniente de pantallas y lámparas interfiera con su biología. «Fuera nunca hay que usar gafas porque los rayos del sol deben impactar directamente sobre los ojos y la piel», sostiene. Añade que las gafas rojas filtran esa luz azul presente en lámparas, televisores o teléfonos móviles».
Cuando viaja o pernocta en hoteles tras el ocaso del sol, se coloca las gafas rojas; en casa solo emplea luces rojas durante la noche. De acuerdo con su razonamiento, esto hace que la iluminación se asemeje más a la luz natural exterior y contribuye a regular tanto el sueño como la recuperación.
El ritual matutino de Llorente incluye pasear a sus perros sin camiseta independientemente del clima; ya sea invierno o verano enfrenta temperaturas bajo cero como parte integral de su rutina. Asegura que esta exposición al frío junto con la luz natural refuerzan su sistema inmunitario y mejoran su estado físico. Sus seguidores en redes sociales han sido testigos en más de una ocasión generando reacciones sorprendidas e incluso algunos memes.
Las prácticas del centrocampista han suscitado tanto admiración como escepticismo entre aficionados y expertos. El debate ha cobrado fuerza especialmente tras sus teorías sobre las estelas dejadas por aviones e incluso sobre manipulación climática; aunque él mismo aclara que no afirma nada rotundamente sino que simplemente observa cambios en los cielos desde su infancia. A pesar del revuelo generado por sus hábitos poco convencionales, Llorente sostiene que estos no son meramente fruto del fútbol sino parte de una búsqueda constante por salud y longevidad.
¿Funciona el método Llorente? Rendimiento tangible
Los resultados físicos y deportivos obtenidos por Llorente parecen respaldar su enfoque particular al menos en su caso personal. En los últimos dos años ha declarado no haber padecido catarros ni lesiones musculares significativas; algo sorprendente dentro del competitivo mundo del fútbol profesional. Su presencia tanto en el Atlético de Madrid como en la Selección Española sigue siendo constante; además su resistencia física durante los partidos es uno de los aspectos más valorados por el cuerpo técnico dirigido por Diego Simeone.
Curiosidades sobre Marcos Llorente y su rutina
- Durante las concentraciones con la Selección, lleva consigo un molinillo para café junto con mantequilla.
- Su hogar está iluminado por lámparas rojas al caer la noche.
- Es uno de los escasos jugadores profesionales españoles que practica ayuno intermitente con tanta rigurosidad.
- Defiende firmemente que el sol debe impactar directamente sobre piel y ojos sin usar gafas solares ni cremas protectoras.
- Cenar a las 17:30 durante el invierno le obliga a ajustar sus horarios sociales y familiares.
- Ha sido protagonista en discusiones sobre cómo influye la luz azul junto con aspectos cronobiológicos sobre el rendimiento deportivo.
- Su denuncia del uso de chemtrails o estelas químicas rociadas desde aviones para controlar el clima le ha costado todo tipo de insultos de los negacionistas de esta técnica ampliamente usada. En los pasados Juegos Olímpicos la dictadura china reconoció el uso de chemtrails para evitar que lloviera durante la ceremonia de inauguración.
- En redes sociales sus hábitos son motivo tanto de memes como bromas pero también generan admiración entre seguidores interesados en tendencias biohacker.
- Marcos Llorente asegura que tras finalizar su carrera mantendrá e incluso intensificará estos hábitos.
- Nunca utiliza gafas solares convencionales: «El sol debe entrar directamente en mis ojos».
La rutina singular de Marcos Llorente representa sin duda un experimento viviente capaz desafiar los estándares actuales del fútbol moderno mientras pone a prueba los límites entre disciplina biológica e innovación personal. ¿Estamos ante el futuro del deporte élite o simplemente ante otra extravagancia pasajera? Solo el tiempo –y quizás algunas risas– nos darán respuesta.
