ASTRONOMÍA MODERNA Y CIENCIA CIUDADANA

Un enigma cósmico: descubren un insólito círculo de radio doble en los confines del Universo

Un equipo internacional ha hallado el círculo de radio más distante jamás observado, con dos anillos concéntricos y una historia que desafía la imaginación

El Doble Círculo espacial
El Doble Círculo espacial. PD

Cuando el telescopio LOFAR captó la tenue silueta de RAD J131346.9+500320, pocos podían prever que se trataba del objeto más intrigante del año.

Este singular círculo de radio, conocido por sus siglas en inglés como ORC (Odd Radio Circle), no solo se encuentra a aproximadamente 7.500 millones de años luz de nuestro planeta, sino que, para asombro de todos, presenta dos anillos concéntricos, un fenómeno casi inédito en la historia reciente de la astronomía.

Estos círculos de radio, formados por plasma magnetizado y de dimensiones colosales —pueden llegar a ser hasta veinte veces más grandes que nuestra Vía Láctea—, suelen pasar desapercibidos para los telescopios ópticos.

Solo se hacen visibles en las frecuencias de radio, donde la materia y la energía parecen jugar al escondite con las leyes físicas conocidas.

Lo más sorprendente de este hallazgo es que no fue llevado a cabo por un equipo tradicional de astrónomos, sino por científicos ciudadanos. Gracias al proyecto colaborativo RAD@home, miles de voluntarios entrenados en el reconocimiento de patrones en imágenes de radio lograron identificar la señal de este objeto, mostrando así que el ojo humano sigue teniendo un papel crucial incluso en la era de la inteligencia artificial.

Esta colaboración permitió validar el descubrimiento mediante el telescopio LOFAR, considerado el más sensible del mundo en frecuencias bajas. El resultado fue el primer ORC doble detectado por aficionados y el segundo con esta curiosa estructura de doble anillo.

El doble anillo: ¿casualidad o mensaje cósmico?

La presencia de dos anillos concéntricos abre nuevos interrogantes. Los expertos sugieren que podría ser resultado de episodios extremos en el núcleo galáctico, como estallidos sucesivos de energía. El primero podría ser consecuencia de una fusión galáctica o incluso la absorción de una estrella por un agujero negro; mientras que el segundo sería producto de una explosión posterior, generando ondas expansivas que configuran estos círculos radiales.

La rareza del doble anillo sugiere que no estamos ante un fenómeno común. Su estudio puede proporcionar claves para entender mejor los ciclos activos en los núcleos galácticos y la dinámica detrás del plasma.

¿Qué es un ORC y por qué fascinan a la comunidad científica?

Los Odd Radio Circles son uno de los grandes misterios del universo. Su origen es incierto, aunque las teorías apuntan a procesos violentos en el núcleo de galaxias: agujeros negros supermasivos actuando, chorros de plasma expulsados a velocidades relativistas y cómo estas estructuras interactúan con el medio interestelar podrían estar detrás de estos anillos espectrales.

El reciente descubrimiento de RAD J131346.9+500320 ofrece pistas valiosas sobre la evolución galáctica y el papel que juegan los agujeros negros en la creación de estructuras cósmicas. Observar un ORC tan distante equivale a retroceder en el tiempo, permitiendo analizar cómo estas formaciones han influido en los ciclos vitales de las galaxias durante miles de millones de años.

Curiosidades científicas y anécdotas cósmicas

  • Se estima que los ORCs pueden tener entre 300.000 y 600.000 años luz de diámetro. Esto es suficiente para albergar varias galaxias como la nuestra dentro.
  • El nombre RAD J131346.9+500320 fue asignado siguiendo un sistema de coordenadas celestes; sin embargo, en redes sociales ya lo apodan “el donut cósmico”.
  • La publicación del descubrimiento en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society incluyó dos ORCs adicionales localizados en galaxias diferentes, sugiriendo así una posible “familia” de estructuras exóticas aún por catalogar.
  • Identificar estos objetos implica analizar miles y miles de imágenes; algunos voluntarios dedican horas a esta labor armados solo con su ordenador y una buena dosis de paciencia.
  • Los ORCs solo son detectables en radiofrecuencia, lo que les otorga invisibilidad ante telescopios como Hubble o James Webb. Es comparable a buscar fantasmas entre luces y sombras cósmicas.
  • Los astrónomos bromean con que si alguna vez nos visita una civilización alienígena avanzada, probablemente se preguntarán por qué tardamos tanto tiempo en descubrir estos donuts cósmicos.

En este vasto escenario cósmico donde cada descubrimiento puede transformar nuestra comprensión del universo, estos círculos radiales dobles nos recuerdan que aún quedan muchos misterios por desentrañar. Y también nos enseñan que la curiosidad —ya sea humana o extraterrestre— es lo que nos impulsa a mirar hacia arriba, cuestionándonos qué más nos espera entre las estrellas.

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