La calma habitual en Curtis, la pequeña localidad de Galicia se ha visto interrumpida tras confirmarse que la infame ‘mataabuelas’, una de las asesinas en serie más conocidas de España, ha vuelto a actuar veinte años después de sus primeros crímenes.
La reciente detención de Remedios Sánchez, a raíz del fallecimiento sospechoso de una anciana, ha reavivado el interés mediático y social por su figura, así como por la forma en que se gestionan estos perfiles delictivos.
Remedios fue condenada en los años 2000 por varios asesinatos de mujeres mayores.
Su método era sistemático: lograba ganarse la confianza de sus víctimas, generalmente ancianas con escaso apoyo familiar.
Después de convivir con ellas durante un tiempo, acababa con sus vidas de tal manera que, en ocasiones, los fallecimientos parecían naturales.
Solo gracias a una investigación minuciosa y al reconocimiento de patrones se logró vincular los casos y detenerla en su momento.
Remedios Sánchez, conocida como ‘La Reme’ o ‘la mataviejas’, ha sido detenida nuevamente en La Coruña por su implicación en el asesinato de una mujer de 91 años, ocurrido durante un permiso penitenciario que le concedió la prisión de Teixeiro, donde cumple una condena de 144 años por los crímenes de 2006.
Esta vez, el suceso tuvo lugar el 3 de octubre de 2025, cuando el cadáver de la víctima —una vecina del barrio de Monelos— fue hallado en el baño de su vivienda. Inicialmente, se pensó en una muerte por causas naturales, pero la investigación reveló indicios de homicidio.
Los indicios que la sitúan de nuevo como la autora del crimen incluyen: su detección por una cámara de seguridad cerca de la escena y la presencia de una huella dactilar suya en la vivienda de la víctima, lo que la vincula directamente con el lugar del suceso.
El caso se encuentra bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción número 6 de La Coruña, y la Policía Nacional la considera la principal sospechosa por similitudes con su modus operandi previo: ataques a ancianas vulnerables. Este nuevo delito, cometido casi 20 años después de sus condenas por tres asesinatos y cinco intentos en Barcelona y Mataró, ha reavivado el debate sobre los permisos a reclusos de alto riesgo.
El perfil de la ‘mataabuelas’
El caso ha generado un amplio análisis en círculos forenses y criminológicos.
La ‘mataabuelas’ presenta características asociadas a la psicopatía, con una infancia complicada y una vida adulta marcada por la marginalidad y la búsqueda constante de recursos económicos. La primera ola de asesinatos que llevó a cabo se justificaba bajo el pretexto de necesitar dinero para costear tratamientos psiquiátricos y saldar otras deudas.
Durante los interrogatorios, mostró una notable falta de empatía y una frialdad inquietante. Algunos expertos subrayan su capacidad para integrarse en el entorno y manipular a personas vulnerables. Tras cumplir una larga condena, fue liberada bajo estrictas medidas de control que, vista la situación actual, han demostrado ser insuficientes para evitar su reincidencia.
El contexto legal y social
La vuelta a la acción de la ‘mataabuelas’ ha suscitado un acalorado debate sobre la eficacia del sistema de vigilancia post-penitenciaria en España. Este caso evoca otros como el del asesino Antonio Gali Balaguer, quien también volvió a matar tras salir de prisión, generando alarma social y desconfianza hacia el sistema. Las asociaciones de víctimas exigen más recursos y protocolos más eficaces para seguir a individuos con antecedentes tan graves.
Hoy día, la legislación española contempla medidas como la libertad vigilada; sin embargo, estas dependen en gran medida del compromiso del propio penado y del acierto de los servicios sociales y policiales para detectar señales preocupantes. Este caso pone sobre la mesa la urgencia de revisar los procedimientos existentes y dotar con más medios a quienes supervisan a estos individuos.
Reacciones de la comunidad y consecuencias psicológicas
El impacto en la comunidad ha sido devastador. Los vecinos, que conocían a la detenida pero ignoraban su oscuro pasado, se sienten traicionados e inseguros. El miedo y la indignación han invadido las charlas cotidianas del vecindario. La compleja personalidad de la asesina, que combina rasgos fríos con una aparente normalidad en su trato diario, ha dejado perplejos incluso a los expertos.
Los testimonios recogidos entre familiares de las víctimas y residentes revelan una mezcla entre incredulidad y rabia: “Nunca pensamos que algo así pudiera volver a suceder aquí”, comenta una vecina; mientras otra admite que “ahora todos estamos mucho más atentos a quién entra y sale del barrio.”
Anécdotas y curiosidades sobre la ‘mataabuelas’
- En su primera etapa criminal, Remedios Sánchez solía llevarse pequeños recuerdos de sus víctimas, como fotos familiares o incluso mascotas, intentando luego revenderlos.
- Durante su estancia en prisión, mantuvo una actitud cooperativa con los psicólogos penitenciarios lo que facilitó su salida anticipada.
- Se sabe que asistía a los funerales de sus víctimas e intentaba mezclarse con los familiares haciéndose pasar por cuidadora afligida.
- En registros policiales consta que intentó vender por internet objetos personales pertenecientes a las fallecidas; incluso llegó a ofrecer una tumba en Wallapop argumentando que “a la señora no le gustaba.”
- Su historia ha inspirado tanto a escritores como guionistas quienes han incluido elementos sobre su vida y crímenes en obras ficticias y novelas negras.
Claves para entender el caso
- La reincidencia entre asesinos en serie sigue siendo un desafío tanto para criminólogos como para el sistema judicial.
- El perfil criminalizado como el de la ‘mataabuelas’ busca víctimas vulnerables mientras minimiza el riesgo detectado.
- Cada vez que surge un caso similar se reaviva el debate sobre cómo reintegrar socialmente a estos individuos sin poner en peligro colectivos vulnerables.
- La sociedad demanda mayor transparencia y coordinación entre instituciones para evitar repetir tragedias pasadas.
Las semanas venideras serán decisivas para esclarecer si hay más víctimas recientes e identificar posibles responsabilidades respecto al seguimiento de la ‘mataabuelas’.
Esta historia está marcada por incredulidad y temor; nos obliga a revisar protocolos existentes e invita a reflexionar sobre hasta dónde llegan los límites en materia de reinserción cuando se trata casos tan extremos.
