Viajar a Omán es adentrarse en un relato que comienza en la Edad del Bronce y se extiende hasta el apogeo del comercio del incienso. Reconocido por la UNESCO con cinco sitios declarados Patrimonio Mundial, el país ofrece un recorrido cultural que enlaza fortalezas, puertos históricos, necrópolis preislámicas y sistemas hidráulicos todavía en uso, dibujando un mapa completo del pasado de la Península Arábiga.
Fuerte de Bahla: murallas que resistieron siglos
Inscrito en 1987, el Fuerte de Bahla es un imponente bastión de la tribu Banu Nebhan. Entre los siglos XII y XV fue uno de los principales centros defensivos islámicos medievales. Sus muros de adobe y piedra, restaurados con rigor histórico, permiten imaginar la vida cotidiana en un tiempo donde las fortalezas eran el corazón político y militar.

Tumbas en forma de colmena en Bat, Al Khutm y Al Ayn
En el interior de Omán, este conjunto arqueológico —Patrimonio desde 1988— conserva asentamientos y necrópolis del III milenio a. C. Las tumbas en forma de colmena, únicas en la región, ofrecen una conexión tangible con las primeras comunidades de Arabia Oriental y constituyen el complejo mejor preservado de su periodo.
La Tierra del Incienso: rutas que perfumaron el mundo
Declarada en 2000, integra Wadi Dawkah, Shisr/Wubar y los puertos históricos de Khor Rori y Al Baleed. Estos enclaves narran cómo durante siglos el incienso de Omán viajó hacia el Mediterráneo, Mesopotamia, India y China, convirtiendo al sultanato en un nodo comercial clave del mundo antiguo.
Sistemas de irrigación aflaj: ingeniería sostenible
En 2006, la UNESCO incorporó estos canales subterráneos y superficiales que llevan el agua por gravedad hacia los campos. Su gestión comunitaria y su vigencia actual muestran un modelo ancestral de aprovechamiento de recursos en armonía con el entorno.
Qalhat: puerto de príncipes y mercaderes
Sumado a la lista en 2018, Qalhat fue entre los siglos XI y XV un puerto estratégico bajo los príncipes de Ormuz. Desde sus muelles partían embarcaciones hacia África, India y el Sudeste Asiático, evidenciando la relevancia omaní en las rutas del océano Índico.
Un patrimonio vivo en paisajes extraordinarios
Más de 3.000 kilómetros de costa sobre el mar Arábigo y el mar de Omán, desiertos ondulantes, wadis de aguas claras, montañas abruptas y verdes zonas tropicales conforman el telón de fondo. La infraestructura turística crece con hoteles que integran modernidad y tradición, invitando a vivir experiencias donde la historia es protagonista y el paisaje, su aliado más cercano.


