La comparación es inevitable, pero la serie opta por caminos distintos.
Si La casa de papel era adrenalina pura y juego de máscaras, El refugio atómico se sumerge en el thriller psicológico y el retrato de la decadencia moral.
No busca héroes, sino mostrar hasta qué punto el miedo puede desatar lo peor en personas acostumbradas a tenerlo todo bajo control.
Aunque no ha alcanzado el consenso crítico de su predecesora, la propuesta de Álex Pina y Esther Martínez Lobato confirma la capacidad del audiovisual español para reinventar géneros y sorprender al público global.
El debate está servido y, tras el último episodio, nadie quiere quedarse fuera de este búnker.
A día de hoy, 20 de septiembre de 2025, el catálogo de Netflix acoge un título que promete revolucionar el género postapocalíptico en televisión.
El refugio atómico, la última apuesta de Álex Pina y Esther Martínez Lobato, creadores del fenómeno global La casa de papel, llega con el respaldo de Vancouver Media y una ambición desmedida: convertir un búnker de lujo en el escenario donde se desata lo mejor y lo peor de la condición humana.
Un apocalipsis con champán y traiciones
La premisa es tan sencilla como inquietante: la Tercera Guerra Mundial está a punto de estallar y un puñado de multimillonarios se refugian en un búnker sofisticado, donde las comodidades tecnológicas contrastan con el caos del mundo exterior. Pero, como ocurre en los grandes thrillers, el verdadero peligro no está fuera, sino dentro. Dos familias con un pasado en común —y heridas abiertas— se ven obligadas a convivir bajo tierra mientras el planeta, visto a través de pantallas, se derrumba.
Lejos de la acción desenfrenada de La casa de papel, El refugio atómico apuesta por la tensión psicológica, el drama de cámara y una sátira social afilada. El espacio cerrado funciona como un microcosmos donde afloran las rivalidades, los secretos y los juegos de poder. La convivencia forzada, la vigilancia constante y la amenaza exterior crean un ambiente asfixiante en el que nadie puede fiarse de nadie.
Lujo claustrofóbico: la estética como protagonista
Uno de los grandes logros de la serie es su espectacular trabajo de ambientación. El búnker, diseñado con un detalle casi obsesivo, se convierte en un personaje más. El uso de la luz, los colores fríos y los espacios compartimentados refuerzan la sensación de aislamiento y exclusión. El espectador se siente encerrado junto a los personajes, pero también fascinado por el derroche de lujo: gimnasios privados, galerías de arte y salones de reuniones que recuerdan más a un hotel cinco estrellas que a un refugio antinuclear.
El acabado técnico es impecable, y la dirección —a cargo de Jesús Colmenar, David Barrocal y José Manuel Cravioto— aprovecha cada rincón del set para generar suspense y sorpresa. El contraste entre la estética sofisticada y la degradación moral de los protagonistas funciona como un comentario sobre el privilegio y la decadencia de las élites.
Elenco y personajes: luces y sombras
En el reparto destacan nombres como Joaquín Furriel, Natalia Verbeke, Miren Ibarguren y Carlos Santos. Todos logran dotar a sus personajes de una ambigüedad que mantiene la tensión hasta el último episodio. Sin embargo, no todos los críticos coinciden en la eficacia de la escritura. Algunos señalan que la sobrecarga de conflictos y la acumulación de giros dramáticos acaban lastrando el desarrollo y dificultan la empatía con unos personajes que, en muchos casos, rozan la caricatura.
A pesar de ello, los momentos de humor negro y la capacidad para sorprender en cada capítulo mantienen el interés, sobre todo cuando la serie se permite jugar con los tópicos del género y los subvierte con inteligencia.
Curiosidades y datos locos de El refugio atómico
- La serie fue rodada en su mayor parte en platós construidos ex profeso, lo que permitió un control absoluto sobre la atmósfera y los detalles del búnker.
- Los creadores reconocen que se inspiraron tanto en clásicos del cine apocalíptico como en realities de convivencia, buscando un híbrido entre El ángel exterminador y Gran Hermano.
- El presupuesto de la producción supera los 30 millones de euros, una cifra inédita para una serie española de este género, especialmente por el nivel de detalle en los decorados.
- El búnker incluye referencias ocultas a La casa de papel en varios episodios, desde guiños visuales hasta cameos de actores secundarios que participaron en la serie original.
- El estreno mundial fue el 19 de septiembre de 2025, coincidiendo con el aniversario del primer episodio de La casa de papel.
Listas y rankings: lo más comentado de la serie
Momentos más impactantes (sin spoilers directos):
- El giro del final del primer episodio, que ha dividido a la audiencia por su atrevimiento y por el tono inesperado.
- La secuencia de la cena de gala, donde las tensiones entre las familias alcanzan su punto álgido.
- El descubrimiento de un secreto oculto en una de las zonas restringidas del búnker.
- La confrontación entre los personajes de Natalia Verbeke y Joaquín Furriel, que se ha convertido en uno de los duelos interpretativos más comentados de la temporada.
- El epílogo abierto, que deja la puerta a una posible segunda temporada, y que ya es objeto de teorías en foros y redes sociales.
Ranking: razones para verla según la crítica
- La ambientación y dirección artística, considerada de las mejores en la ficción española reciente.
- El ritmo narrativo: cada episodio termina con un cliffhanger potente.
- La reflexión social sobre el poder, el egoísmo y la supervivencia.
- Los guiños a La casa de papel que harán las delicias de los fans más fieles.
- El reparto, especialmente el trabajo de Carlos Santos y Miren Ibarguren en papeles secundarios que roban escenas.
